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España enfrenta un clima cada vez más extremo e impredecible: tras una primavera con un 151% más de lluvias, se registraron 245 incendios que arrasaron más de 400.000 hectáreas. Esta realidad exige replantear cómo administraciones y empresas gestionan y garantizan un recurso vital como el agua. En este contexto, las herramientas y soluciones GIS pueden responder al desafío de conectar redes, decisiones y sostenibilidad, tal y como cuenta en este artículo Diego Bañales, Industry Manager Executive Water Resources de Esri España.
España se encuentra inmersa en una paradoja climática que ya no se puede considerar como un momento puntual. Las cifras hablan por sí solas: la primavera de 2025 fue la quinta más lluviosa desde 1961, con un 151 % más de precipitaciones de lo habitual, según datos de AEMET. Sin embargo, apenas unos meses después, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales registró 245 siniestros que devastaron más de 400.000 hectáreas. Agua y fuego. Sequía y diluvio. Dos caras de un mismo fenómeno: un clima cada vez más extremo, más impredecible, y que desafía la gestión tradicional de nuestros recursos.
En este contexto, la pregunta ya no es si debemos adaptarnos, sino cómo hacerlo. ¿Cómo pueden las administraciones públicas y las empresas gestoras anticipar y responder ante fenómenos tan dispares? ¿Cómo se garantiza la continuidad de un servicio esencial como es el agua?
Durante décadas, la gestión del ciclo del agua en España se ha basado en modelos centralizados, registros fragmentados y decisiones reactivas. Sin embargo, el cambio climático ha sacado a relucir que este no es el camino a seguir. Hoy, más que nunca, se necesita una gestión basada en información en tiempo real, análisis predictivo y visión territorial.
Ahí es donde los Sistemas de Información Geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) marcan la diferencia. Los SIG no son un software al uso, se trata de un ecosistema tecnológico capaz de integrar datos, analizarlos y convertirlos en decisiones. Desde la monitorización de sensores IoT en tuberías hasta la simulación de escenarios de sequía o inundación, los GIS permiten conectar la ingeniería con la inteligencia y la planificación con la acción.
El poder de esta tecnología es claro, ver lo que con los modelos tradicionales no se era capaz. Un ejemplo es la herramienta Water Balance App, que permite analizar décadas de información como precipitaciones, humedad del suelo o evapotranspiración, ofreciendo una visión precisa del balance hídrico global. Gracias a este tipo de aplicaciones, las empresas gestoras pueden prever dónde reforzar infraestructuras, anticipar cortes de suministro o rediseñar redes ante la presión de nuevos crecimientos urbanos.
ArcGIS se ha convertido en un punto de encuentro entre disciplinas. Su capacidad para unificar información procedente de distintas fuentes permite diseñar un modelo digital coherente del ciclo del agua. Así, se facilita la visualización, el análisis y la gestión integrada de todo el sistema.
Gracias a los cuadros de mando inteligentes, los técnicos de campo y los responsables en oficina pueden acceder a la misma información actualizada, desde cualquier dispositivo. Una fuga detectada por un sensor o una alerta de inundación pueden visualizarse en tiempo real y resolverse con una coordinación mucho más rápida de lo que se hacía hace una década. El resultado es claro: menos tiempo de respuesta, menos desperdicio y más resiliencia.
Los GIS no solo aportan eficiencia operativa, sino también transparencia y confianza ciudadana. Permiten comunicar datos complejos de manera comprensible, mostrar el estado del recurso y hacer partícipe a la sociedad en la gestión de un bien común. En un momento en que la opinión pública demanda claridad y sostenibilidad, esta dimensión comunicativa resulta tan relevante como su potencial técnico.
El alcance de la tecnología geoespacial va mucho más allá de lo que concierne al ciclo hidráulico. Su integración con modelos climáticos y urbanísticos abre nuevas posibilidades para la planificación sostenible de las ciudades, ayudando a identificar zonas vulnerables, optimizar el uso del suelo o prever riesgos de inundación y déficit hídrico. Esta capacidad de análisis espacial permite diseñar infraestructuras adaptadas al cambio climático y orientar las inversiones hacia los barrios más expuestos.
Los SIG se integran con tecnologías de todo tipo, así como la realidad aumentada, los modelos BIM o los datos satelitales, ofreciendo una visión tridimensional del territorio. Actualmente, un ingeniero puede analizar la red soterrada antes de una excavación o analizar el impacto de una nueva obra. Estas capacidades reducen costes, minimizan riesgos y mejoran la seguridad de las intervenciones.
El verdadero cambio no es tecnológico, sino cultural. Significa pasar de gestionar infraestructuras reactivamente, como respuesta de averías o emergencias, a hacerlo de manera preventiva, basada en datos y colaboración. Además, nos encontramos en un país donde el agua es un recurso desigual, abundante en el norte, pero realmente escasa en el suroeste, esta visión integrada es más necesaria que nunca. Sin herramientas que permitan equilibrar la disponibilidad, anticipar la demanda y gestionar el riesgo, cualquier política hídrica estará siempre a disposición del clima.
La sostenibilidad del agua no se logrará solo con grandes infraestructuras, sino con un análisis de los datos, la cooperación entre organizaciones y la tecnología. Sin duda, el GIS es un punto y aparte en la gestión arcaica de las políticas hidráulicas. De cara los próximos años, la implementación de esta permite una gestión moderna, resiliente y sostenible del agua.
Porque en la era de los datos, no gestionar con información geográfica es, sencillamente, gestionar a ciegas.
Todas estas innovaciones y aplicaciones se analizarán en profundidad en la Conferencia Esri España 2025, los días 29 y 30 de octubre en IFEMA, Madrid. En este encuentro expertos y compañías de referencia como Areciar, Ayesa o Aljarafesa compartirán casos reales de transformación digital en el sector del agua. Consulta la Agenda de la Conferencia Esri 2025.