Aqualia pone a punto el sistema de alcantarillado del Bajo Andarax

En este sentido, la empresa programa la planificación de estos trabajos preventivos con la información previa que ya posee como histórico relativa al número de imbornales en cada población, las calles donde se sitúan, los litros de residuos extraídos o la fecha de última limpieza. De esta manera, Aqualia puede realizar un mantenimiento preventivo personalizado e intensificar la limpieza en esta época con más medios materiales y humanos.

Estos trabajos tienen como objetivo limpiar los absorbedores y redes de saneamiento del municipio, y eliminar la suciedad, hojas y papeles que se acumulan dentro y que dificultan la recogida de agua en los días de lluvia, pudiendo llegar a producir inundaciones en las calles.

Está prevista la limpieza de cerca de 700 imbornales, con una duración aproximada de tres meses. Desde finales de junio la empresa lleva a cabo estas tareas, que estos días se centran en varios puntos de Viator. El Alcalde del municipio, Manuel Jesús Flores, junto al concejal de Servicios Urbanos, Juan Manuel Ruiz, han supervisado los trabajos acompañados de Daniel Sánchez, jefe de servicio de Aqualia en el Bajo Andarax.

Para llevar a cabo la limpieza, la empresa va a contar con 2 camiones cuba con aspiración y 1 máquina de alta presión que permiten extraer toda la suciedad, tierra, hojas, papeles, etc que se acumula en el interior de estos absorbedores, lo cual se traduce en una previsión de 30.000 litros de residuos retirados

Aqualia va a invertir en estos trabajos más de 50.000 € para evitar, dentro de sus posibilidades, que se produzcan inundaciones en la zona. Pero esta gran inversión no tiene sentido sin una actitud responsable por parte de los ciudadanos, por eso la Empresa y la Mancomunidad de Municipios del Bajo Andarax piden la colaboración de todos para evitar arrojar papeles, pintura, aceites, restos de obra o cualquier otro residuo a las alcantarillas, puesto que este tipo de conductas provoca atascos que pueden desembocar en malos olores, reboses, e incluso inundaciones, consecuencias nada deseables para ningún vecino.