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El sector del agua evoluciona constantemente hacia prácticas más sostenibles y eficientes, impulsando la digitalización, la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico. En este contexto, la circularidad en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) resulta clave para transformar y optimizar el tratamiento de aguas. Así lo demuestra el proyecto Icarus, con Acciona al frente, que busca la recuperación de celulosa para su posterior uso en el sector de la construcción, convirtiendo las EDAR en fuente de recursos.
Tradicionalmente, las EDAR se han centrado en la eliminación de contaminantes como etapa previa a la descarga del agua tratada en el medio ambiente, asegurando la calidad de los efluentes. Sin embargo, en el contexto actual en el que se intenta optimizar recursos y energía, las EDAR están evolucionado hacia la recuperación de materias presentes en sus procesos con el fin último de revalorizarlas, en línea con los principios de economía circular.
Esta transformación debe ir acompañada de la reducción de la huella de carbono, la optimización de costes operativos y el cumplimiento de las nuevas normativas ambientales. Las EDAR evolucionan, por tanto, de un escenario en el que únicamente tratan el agua que les llega de la red de saneamiento hacia su transformación en biofactorías, generando productos y promoviendo la circularidad.
Con Icarus se pretende valorizar residuos de diferentes industrias para obtener productos secundarios que puedan ser aplicados en el sector de la construcción, como aditivos aplicables a la fabricación de cemento, asfalto, pavimientos cerámicos o incluso acero. La participación del negocio de Agua de Acciona en este proyecto se centra en la recuperación de la celulosa presente en las EDAR y su revalorización en el sector de la construcción, mejorando los principios de economía circular en los procesos industriales.