17 de septiembre, 2019
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La Cátedra Aquae de Economía del Agua, impulsada por Fundación Aquae y la UNED, cree necesario evaluar y modificar el marco normativo vigente en España y Europa para facilitar la aceleración de la economía circular en el sector del agua, conservando los distintos niveles de seguridad y precaución necesarios. La razón es que actualmente existen determinaciones normativas que suponen barreras para el cierre de ciclos, la utilización de materias primas secundarias (por ejemplo, lodos procedentes de los procesos de potabilización y depuración) o la reutilización de aguas, entre otros.

Esta es una de las conclusiones del informe ´Agua y Economía Circular, que publica el Grupo de Trabajo Nº12 Agua y Economía Circular del último Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama), formado por expertos en agua, innovación y medio ambiente, entre los que se encuentra la Cátedra Aquae. El objetivo de este documento es orientar a las entidades y las empresas hacia esta transformación de modelo de negocio para gestionar los recursos hídricos de manera más sostenible.

En este informe se identifican dos barreras normativas clave en el sector del agua: la reutilización del agua y la gestión y aprovechamiento de los lodos de depuración. Según señala Amelia Pérez Zabaleta, directora de la Cátedra Aquae, "en ambos casos, la actualización legal es mucho más lenta que la innovación tecnológica y, por tanto, puede suponer un freno al impulso de la economía circular".

Con la finalidad de demostrar el papel del sector del agua en la economía circular, el uso de buenas prácticas y el desarrollo de proyectos innovadores, el Grupo de Trabajo Agua y Economía Circular lanzó una convocatoria abierta a la que se presentaron 31 proyectos. Entre los más representativos, destacan el ´Contrato de Rendimiento del Servicio de Energía Garantizado para la Ciudad de Atlanta, EE.UU.´, de Schneider Electric; ´Water2Return´, presentado por Bioazul; o ´Biofactorías´, de Suez España. Este último consiste en transformar las plantas de tratamiento de agua en biofactorías en las que se convierten las aguas residuales y los lodos procedentes de las alcantarillas en energía limpia.

En el informe, este grupo de expertos recoge las principales claves de éxito y las barreras a las que se han enfrentado estos proyectos. Como buenas prácticas sobresalen la colaboración entre actores participantes y el intercambio de conocimientos, ya que, para lo que en unas actividades supone un residuo, para otras puede significar una materia prima y, por lo tanto, una fuente de negocio. "Este es el caso de los lodos: para el sector del agua suponen un residuo, pero otras empresas ya están desarrollando proyectos innovadores para reutilizarlos en restauración de suelos degradados, generación de energía, producción de biocombustibles o fabricación de materiales de construcción como ladrillos, hormigón o cemento", explica Pérez Zabaleta.

 

Barreras: sin financiación, indicadores y aceptación social

Además de los actuales marcos regulatorios, otras barreras a las que se han enfrentado estos innovadores proyectos del sector del agua a la hora de implementar un modelo de negocio circular han sido la falta de financiación, la falta de indicadores que midan la circularidad de este recurso y la falta de aceptación social.

La gran mayoría de los 31 proyectos analizados se han enfrentado a dificultades económicas. Concretamente, se han registrado problemas tanto en las inversiones para implantarlos como en su viabilidad a largo plazo. Por eso, este informe recoge una detallada lista de los instrumentos de financiación a los que el sector del agua puede acudir para sacar adelante nuevas iniciativas.

Este grupo de trabajo también señala como un problema la falta de indicadores que permitan medir la circularidad en materia de agua, tanto a escala nacional como europea. De forma que en su documento proponen indicadores básicos y estratégicos que abarcan las distintas fases del ciclo del agua, tanto natural como urbano, y las distintas facetas de la economía circular: indicadores de captación, de abastecimiento, de uso de agua, de saneamiento y reutilización, y de estado ambiental.

La unión de todas estas barreras genera desconfianza y falta de aceptación social hacia este tipo de proyectos, ralentizando aún más su desarrollo. "Esto hace importante no solo fomentar la transparencia en la comunicación de cada iniciativa, sino también hacer partícipes a la ciudadanía y a todos los sectores implicados", destaca la directora de la Cátedra Aquae.

Acceso al informe: Agua y Economía Circular.

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