Día Mundial del Retrete: que no se olvide al día siguiente

Según Javier Elizondo, "está muy bien salir al frente y denunciar, una vez más, las actitudes incívicas a este respecto. No está bien, opino, que todo sea una puesta en escena que se repite cada año para quedar en el olvido hasta el año siguiente".

Con ´olvido´ no se refiere a que no se haga cierta cultura educativa, estableciendo visitas a instalaciones de depuración de los vertidos, para que los niños y jóvenes, a través de visitas de sus colegios, y otras personas, vean la retirada en forma ´de churro continuo´, de una madeja de todo tipo de residuos (que no son solo las toallitas, sino que van desde pelo hasta compresas y otros residuos reales (lo que podría llegar a indicar cualquier operario dedicado a la limpieza de colectores de saneamiento).

Con ´olvido´ se refiere a que no se potencia la concienciación en estos menesteres a nivel de centros de educación, con la consiguiente inversión y apoyo público. Es fundamental que las nuevas generaciones ´mamen´ desde su más tierna infancia, lo que suponen las actitudes incívicas e insociables de todo tipo. En un orden general, algo más práctico e impactante: jornadas/sesiones/exposiciones donde pueda verse, y comentarse, la realidad existente, con sistemas audiovisuales donde pueda apreciarse ´en gran formato´ las extracciones (con todo detalle) que se realizan continuamente como, también, los necesarios trabajos (reales) para recuperar los formatos interiores de esos colectores afectados por cementaciones, y los vertidos indeseados (e indeseables) a los cauces. Siendo muy factible, el concurso en esas actividades formativas de concienciación, del personal de base que realiza esas tareas (son los que más saben al respecto). Por supuesto, fundamental dar los datos económicos, detallados de lo que cuesta anualmente todo lo relativo a esas limpiezas y recuperación de secciones. Y de las afecciones (y costes) que provocan esas obturaciones por puestas en carga que derivan a afecciones de viales y propiedades, tanto rurales, como urbanas por retornos de vertido hacia los interiores.

Con ´olvido´, también se refiere a la continuada falta de normativas, y medios, para hacer frente a otros tipos de actitudes del mismo signo (no solo se trata de hablar del retrete como tal): arrojar indiscriminadamente, y por costumbre, todo tipo de materiales -inorgánicos y orgánicos- en los viales, arrojar a las rejillas de pluviales los productos de limpiezas de portales, dilución de pinturas y decapantes, así como aceites y similares, limpiar camiones cuba de hormigones -así como dejar correr los vertidos de silos cementosos- yendo a introducirse por las rejillas a los colectores (productos que se solidifican en su interior creando unos ´muros longitudinales´ con unas afecciones extremas y sus más que importantes costes de recuperación asociados- impresionarían sus fotos y actuaciones-) y un largo etcétera, constatable, que por espacio no puedo referir.

Normativas que permitan sancionar (tras informar adecuadamente) y repercutir costes (no se tienen que pagar socialmente las negligencias individuales). Medios para hacerlo posible. Por ejemplo, papeleras adecuadas para permitir la separación directa -miles existentes en cualquier ciudad, que conllevan un totum revolutum que termina yendo a enterramiento en vertedero-. Y medios humanos para enfrentar las necesarias labores de inspección y vigilancia en calles -con el paraguas de ´autoridad´ (de lo contrario pueden verse en situaciones poco deseables)- que puedan hacer, de modo directo, la pedagogía necesaria.

"¿Estoy promocionando un sistema ´orwelliano´?. Les diré que se centren en las realidades (afecciones y costes sociales, y las graves afecciones medioambientales a cauces por el vertido, sin proteger, de todo tipo de residuos a través de los colectores de pluviales -vayan a estas salidas, cuando esté lloviendo ´adecuadamente´, y verán-). En definitiva. Menos creernos la panacea del civismo y el ´medioambientalismo´ (los de a pie y los responsables correspondientes) y más hechos reales y continuados por parte de todos", concluye Javier M. Elizondo Osés.